miércoles, 27 de febrero de 2013

No te rindas.

No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.
 
No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
 
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque te quiero, porque existe el vino y el amor, es cierto, porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas, quitar los cerrojos, abandonar las murallas que te protegieron, vivir la vida y aceptar el reto.
Recuperar la risa, ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo celebrar la vida y retomar los cielos.
 
No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
 
Porque cada día es un comienzo nuevo.
Porque este es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero
 
 
Texto de: Mario Benedetti.


viernes, 15 de febrero de 2013

Simples críos.

¿Qué ha pasado?
Que los chupetes se convierten en cigarros, el agua en vodka, las bicicletas en coches, los besos en sexo. ¿Te acuerdas cuando volar significaba columpiarse muy muy alto? Cuando 'protección' significaba usar casco cuando montabas en bicicleta. Cuando lo peor que podías recibir de una persona eran piojos. Cuando sólo amábamos a nuestros padres. Los hombros de nuestro padre eran el lugar más alto del mundo y tu madre era una heroína. Tu peor enemigo era tu hermano, los problemas de velocidad eran causados por quién corría más rápido. 'Guerra' era sólo un juego y la única droga que conocías era el jarabe para la tos. El dolor más fuerte que podías sufrir era el de tus rodillas raspadas y 'adiós' significaba sólo hasta mañana. Todo esto era lo mejor del mundo, pero no pudimos esperar a crecer.

lunes, 11 de febrero de 2013

Fight for it.

- ¿Quién es ella?
- Joder... fue una... una chica que conocí en la marina. Fue... fue el amor de mi vida, ¿Vale?
- ¿ Y nunca me has hablado de ella?
- No es algo que uno comparte con sus hijos, es más, te tengo a ti y a tu hermana y no me arrepiento.
- Cuéntamelo.
- Fue el amor de mi vida, yo fui un estúpido y no me di cuenta, la perdí por algo tan tonto que ya ni me acuerdo. Nunca he dejado de quererla y tal vez sea una de las razones por las que se fue tu madre. Mis amigos me decían que cuando ella y yo nos mirábamos saltaban chispas y la dejé escapar, la dejé escapar porque tenía demasiado orgullo para decirle lo que sentía por ella. Ojalá lo hubiera sabido cuando tenía tu edad. Sé que estas harto de oir que la vida es corta, pero deja que te diga algo, lo que esto... ¡Lo que esto me ha enseñado es que la vida es corta y no hay que malgastar ni un minuto! (...) Perdona, lo siento...
- La chica que llevé a casa... creo que la he fastidiado.
- Arréglalo.
- ¡No me habla!
- Tal vez te escuche. Siempre hay una manera. Si tu crees que ella puede ser el amor de tu vida, arréglalo.
(Diálogo de: Con derecho a roce)