jueves, 11 de julio de 2013

Forget.

¿Por qué cojones la gente tiene que hacer las cosas más difíciles de lo que en realidad son?
Es decir, tendemos al victimismo, a pensar que nuestra vida y nuestros problemas son los peores del mundo, que nadie podría compararse con nosotros. Creemos que muchas cosas son irreparables cuando todo se podría solucionar diciendo las cosas claras y a la cara.
Con lo fácil que es decir un "Lo siento, pero no me gustas" o un "Me molesta que hayas hecho esto" un "Te he mentido, lo siento" o "Te quiero"
La mentira es la solución para todo, ¿No?
Hablamos de cobardes, cuando nosotros mismos no tenemos los cojones de dar la cara por aquello que nos preocupa. Nos refugiamos en pensamientos ilógicos, que de algún modo nos hacen sentir mejor, solo porque nos alejan de esta puta realidad de la que todos queremos escapar.
Ahora todos van de tristes, todos están mal, todos tienen problemas. Exacto, TODOS.
Los problemas de uno mismo NO se pueden comparar con los de nadie. Cada uno los ve bajo su propia visión de las cosas.
Pero lo que no podemos hacer es dejarnos llevar por ellos.
Somos jóvenes, tenemos una larga vida por delante, ya tendremos tiempo para lamentarnos. No digo que vivamos en una burbuja rosa donde todo es perfecto, porque no lo es. Pero, si siendo tan jóvenes tenemos tantas preocupaciones, ¿Qué pasará cuando lleguen los problemas de verdad?
Se me pasan muchas cosas por la cabeza últimamente, y una parte muy grande de mi tiende por defecto al pesimismo, pero, ¿Y esa otra parte? Si, esa ínfima parte de mi que tiende al optimismo, al "Hoy me lo voy a pasar bien" al "Seamos felices por una vez" Quizás deberíamos hacer más caso a esa pequeña parte de nuestras cabezas que nos empuja a ver el lado bueno de las cosas.
Dejar atrás todo ese puto mundo pesimista donde estamos metidos.
Ojalá fuera tan fácil, ¿Verdad?
Desgraciadamente, no lo es.