Querido destino,
Estoy harta de que me hagas pasarlo mal. No es el karma, no creo haber hecho una cosa tan grabe para que me pagues de esta manera.
Yo antes, tenía una vida perfecta. El sol salía cada mañana y yo con él. Me miraba en el espejo y sonreia, era feliz. Salía con mis amigos sin ningun tipo de problema. Hacía tonterías sin miedo a lo que pudieran pensar los demas. Mi familia me escuchaba y no discutíamos nunca. Sacaba buenas notas en el colegio. Todo era perfecto, no quería que cambiase nada. Aun así, no me daba cuenta de la suerte que tenía de gozar de semejante vida. Quizas aveces, me pasara de la raya y cometiera ciertas acciones fuera de lugar, pero soy joven ¿No? Todos tenemos derecho a ser salvajes de vez en cuando, no me consideré nunca una excepción.
Tenía una visión de las cosas poco realista. No me di cuenta de la dura realidad hasta que llegó él. Con su actitud compasiva y cariñosa me enamoró al primer instante en que le ví. Ya estaba enamorada incluso antes de saber su nombre. Él.. él era diferente, era un anónimo más que poco a poco se estaba apoderando de mi consciencia, hasta tal punto de ser dueño de cada uno de mis pensamientos. Tenía muchos defectos, como cualquiera ¿No?
Era duro, borde, no me hacia todo el caso que yo merecía. Sacaba cada palabra de mi boca fuera de contexto y la volvia contra mi, cuando se trataba de sus amigos, yo nunca entraba en sus planes. Nunca me llegó a valorar como de verdad yo me merecía, pero ¿Sabes? Me gustaba. Sus palabras hacía que me sintiese mejor aunque no dijese nada más que un simple: Todo saldrá bien. Sin saber si realmente sería como él pensaba.
A partir de el momento en el que me volvi suya, las cosas empeoraron, mi mundo se desmoronaba y yo no era capaz de reaccionar. Me volví adicta a sus besos, sus abrazos, él era mi único refugio. Fui fuerte y aguanté, hasta que un día simplemente, todo terminó.
En ese momento me di cuenta de lo que de verdad significaba el amor.
Me di cuenta de que una persona puede llegar a cambiar tu mundo de forma que luego ya no sabrás regresar si te arrepientes.
Me di cuenta de que todo viene con fecha de caducidad, y esto, no iba a ser menos. Pero he pasado por demasiado en estos últimos meses y no creo que pueda continuar de esta forma.
Así que me despido sin más. Por favor, no intentes detenerme, ya nada es real para mi. Necesito liberarme de estas cadenas que me atan a él. Sé lo que hago.
Un saludo y hasta siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario